1.- RECUPERACION DE GANADO LANAR
Si durante los episodios de guerra vividos en Quinto se perdieron los bienes muebles y semovientes, en su totalidad, claro está que también desaparecieron las 6.000 y pico cabezas de ganado lanar y cabrío que en este término municipal existían.
El Ayuntamiento estudió la posibilidad de recuperar en parte dicho ganado; pero como habían transcurrido siete meses desde que esta Villa cayó en poder de los rojos, durante cuyo tiempo la población de Quinto, salvo algunos izquierdistas, estuvo refugiada en pueblos del Bajo Aragón muy distantes, nadie podía suministrar antecedentes que permitieran localizar el paradero de nuestros ganados.
Se enteró la Alcaldía de que en su huída los rojos se habían llevado cantidad de ganado lanar a la provincia de Gerona; y liberada que fué Cataluña, seguidamente el Ayuntamiento designó una Comisión que, trasladándose a dicha provincia de Gerona, viera si era posible reconocer y recuperar algo del ganado de Quinto desaparecido. y tras varios días de gestión de dicha Comisión, pudo recuperar las cabezas siguientes:
200 ovejas
17 corderos
7 cabríos
Este ganado fué distribuído equitativamente, de orden de la Junta Provincial de Recuperación Agrícola, por mediación de un representante de la Asociación General de Ganaderos de esta provincia, entre los ganaderos de esta localidad que habían perdido sus rebaños, previo pago de gastos ocasionados en su recuperación.
2. - RECUPERACION DE CARROS
Más de 250 carros agrícolas y de transporte existían en esta Villa al iniciarse el Movimiento, y de éstos, a la liberación, no quedaban en Quinto mas que 15 ó 20 que se hallaban en peor estado, todos fueron objeto de botín, ya por las fuerzas rojas, ya por los que de otros pueblos los adquirían de las mismas tropas, o se los llevaron al huir ante el avance del Ejército Nacional.
El Ayuntamiento desplazó una Comisión a todos los pueblos del Bajo Aragón y algunos de Cataluña y Castellón; y esa Comisión, tras de laboriosas gestiones, recuperó unos 50 carros, algunos de ellos traídos desde la provincia de Gerona. Fueron entregados a sus respectivos dueños, previo pago de los gastos de recuperación.
Asimismo la Comisión citada recuperó, al mismo tiempo, algunos pocos aperos de labranza, algunos colchones e incluso algunos sacos de harina que al huir los que aquí vivieron durante la dominación roja o durante su estancia en esta Villa, habían trasladado a otros pueblos comarcanos.
Grandes han sido las cantidades que los vecinos de Quinto han necesitado emplear en estos años, para reponer los carruajes y aperos de labranza perdidos.
3. - CABALLERIAS DE TRABAJO
Liberada esta Villa en Marzo de 1938, nos encontramos con que las tierras se hallaban totalmente incultas; las de huerta la mayor parte empantanadas, ya que por motivos de estrategia militar habían sido inundadas extensas zonas al hallarse aquí el frente de guerra.
Hacía falta, pues, un esfuerzo extraordinario para poder cultivarlas;
y nos encontrábamos sin una caballería, sin aperos de labranza y sin nada, en fin.
Acudimos entonces al Gobierno Civil, a Capitanía General, etc., en demanda de soluciones para tan difícil problema. Mas la guerra exigió la requisa de gran número de caballerías en todos los pueblos de España, y ésta todavía era dura y empeñada y no permitía alas Autoridades disponer de una sola para suministrarla a esta Villa. Entonces, la apremiante necesidad nos hizo pensar en una solución: El Ejército del Norte tenía, en el Parque de ganado de abasto a las tropas, cerca de esta Villa, ganado vacuno, y entre ese ganado había algunos que todavía podrían utilizarse en trabajos agrícolas.
El Ayuntamiento solicitó se entregaran a estos vecinos algunas " yuntas para ser empleadas hasta tanto fuera preciso su sacrificio para las fuerzas del frente. Hicimos ver a la Jefatura de Intendencia nuestra difícil situación, y ésta, percatada del beneficio que hacía a un pueblo que todo lo puso al servicio de la Patria, accedió a nuestros deseos y les entregó a estos agricultores el día 21 de Junio de 1938, 58 cabezas vacunas, y el día 17 de Agosto del mismo año 20 más. Estas 39 parejas de ganado vacuno, aunque muy insuficientes para todo el pueblo, realizaron una labor tan interesante que permitió iniciar la puesta en marcha de la agricultura hasta que en Abril de 1939 y por ser preciso para la carnificación, el Excmo. Sr. General Jefe de la 5.ª Región Militar, a petición de los Servicios de Intendencia, ante la falta de otro ganado de abastos, las retiró de esta localidad para su sacrificio.
Enorme fué el beneficio reportado así por el Ejército a esta Villa, sin que por ello el Estado saliera perjudicado, ya que, de conformidad con lo convenido, habían de devolverse a Intendencia igual número de kilos de ganado que pesaban las reses recibidas, abonando los vecinos la diferencia si pesaran menos al ser devueltos. El peso recibido fué de 35.115 kilos y al devolverlos pesaban 35.720, o sean, 605 kilos más por los que nada hubieron de abonar al Estado.
Reconocidos quedan los vecinos de Quinto al apoyo que en tales circunstancias les fué prestado con tanto desinterés por los Jefes Militares de nuestra Región.
Nuevamente en 1.0 de Abril se presentó, con la retirada del ganado vacuno de Intendencia, el mismo problema de imposibilidad de cultivar las fincas, ya que sólo ocho o diez caballerías habían podido ser recuperadas por sus dueños. y la guerra seguía haciendo precisas todavía cuantas caballerías el Ejército había ido encuadrando en su servicio, ya procedentes de requisas legales, ya de botín tomado al ejército rojo, entre las que indudablemente estaban cuantas caballerías y vehículos poseía Quinto antes de la guerra.
Nuestras gestiones fueron continuas, apelando a todos los resortes humanamente posibles, para ver de obtener de algún modo caballerías de trabajo. Con todo interés se nos prestó también apoyo por el Excmo. Sr. Gobernador Civil de la provincia y por el Sr. Ingeniero Jefe del Servicio Nacional de Reforma Económica y Social de la Tierra; gestiones que dieron por resultado la entrega de 100 caballerías mulares, concesión que nos fué notificada por oficio del Sr. Ingeniero Jefe de Recuperación Agrícola D. A. M. Z. y Borque que dice: "Por la presente se autoriza a la Comisión Depositaria de Recuperación Agrícola de Quinto de Ebro para hacerse cargo previa firma de la documentación que se estima precisa, de 100 cabezas mulares de las 250 que para ser puestas a disposición de este Servicio han sido enviadas a Zaragoza desde el Depósito de Miranda de Ebro, por orden del Excmo. Sr. Subsecretario del Ejército.-Dios guarde, etc.-Zaragoza, 20 de Junio de 1939.-Año de la Victoria.)) En el expediente instruído al efecto consta los nombres de los agricultores a quienes fueron entregadas esas caballerías; y es de consignar que tal era el decaimiento de ánimo de los vecinos todos de Quinto, que no comprendían la posibilidad de volver a explotar sus fincas; y algunos que tenían propiedades y siempre tuvieron un par de caballerías, no se atrevieron a tomar de éstas entregadas por el Ejército, porque no veían la forma de poder adquirir carro, yugos, arados, etc., para su empleo; tardó algún tiempo a que los ánim0s se levantaran y Quinto emprendiera nuevamente su vida agrícola de la que exclusivamente depende.
Las 100 citadas caballerías quedaron más tarde propiedad de los vecinos que las poseían en virtud de disposición legal que así lo ordenaba.
Era insuficiente todavía, muy insuficiente, ese ganado de trabajo, para poder realizar el cultivo y explotación de todo este término municipal, como lo demuestra el hecho de que en Julio de 1936 existían en esta localidad los ganados de trabajo que a continuación indicamos:
Mulares ….. 215
Caballares ….22
Vacunos……115
Asnales ……181
Por eso hubimos de continuar las gestiones para ver de llegar a la obtención de ganado que permitiera trabajar, si no todas, al menos la mayor parte de las tierras cultivables. y fué entonces nuevamente el Ejército quien nos prestó su apoyo, entregándonos en calidad de "Frutos por Alimentos" 52 cabezas de ganado caballar en Noviembre de 1939, cuyo ganado estuvo en poder de estos agricultores hasta que periódicamente el Ejército precisó y dispuso de los mismos, excepto algunos de ellos que fueron adquiridos por precio determinado en compra al Depósito de Remonta de que dependían.
Además, Recuperación Agrícola, en Enero de 1940, anunció subasta de ganado de labor sobrante del Ejército, de cuyo ganado fueron adjudicados a esta Villa 36 animales que habrían de pagarse en la cuantía y fecha aplazada convenida. Más tarde el Gobierno dispuso que esas caballerías quedaran propiedad de los poseedores, sin más pago, al igual que se dispuso para los 100 mulares entregados por el Ejército y anteriormente expresados.
4. - OTRAS AYUDAS ECONOMICAS
El Ayuntamiento de esta Villa, que continuamente hubo de exponer a las Autoridades su difícil situación y los graves problemas que se le presentaban para el encauzamiento de la vida familiar y local, encontró otras ayudas que, si bien por su cuantía poco resolvían, servían de aliciente o aliento para continuar en la empresa.
Entre éstas destacaremos las siguientes:
5. - JUNTA RECAUDATORIA CIVIL
Necesitábamos obtener lana para que en cada casa hubiera siquiera un colchón; precisábamos camas; deseábamos establecer la vida familiar en vez del comunismo cristiano en que estábamos viviendo desde la liberación; y atendiendo nuestras súplicas, la Junta Recaudatoria Civil entregó al Ayuntamiento 10.000 pesetas en metálico y diez camas propias de Hospital, que fueron empleadas por los vecinos hasta que, reemplazadas con el tiempo, han pasado nuevamente a poder del Ayuntamiento para ser instaladas en el Hospital municipal en sustitución de las perdidas durante la guerra. Las camas recibidas fueron sin ropas, ya que la Junta Recaudatoria Civil no disponía de ellas.
6.- EXCMO. SR. GENERAL GOBERNADOR MILITAR
Percatado el Excmo. Sr. General Rañoy, Gobernador Militar, de la difícil situación de esta Villa, mandó cursar el telegrama siguiente:
"Próximo lunes 29, alas 12 horas, deberá presentarse en mi despacho acompañado del Secretario, para hacerles entrega de un donativo".
Personados según se indicó, nos fué entregado un donativo de 5.000 pesetas para fines de interés agrícola que el Ayuntamiento estimara más pertinentes.
7. - EXCMO. SR. GOBERNADOR CIVIL
Merece destacarse el interés con que apoyó todas nuestras gestiones el Excmo. Sr. Gobernador Civil D. Julian Lasierra Luis, singularmente en cuanto a la consecución de caballerías y encauzamiento de la vida administrativa del Ayuntamiento; y queriendo demostrar también con carácter particular el afecto a Quinto y su reconocimiento por nuestro patriotismo y sacrificio, donó, de su peculio particular, para la Iglesia de esta Villa, un hermoso cáliz.
8.- DON ANGEL LORENZO (de Zaragoza).
Conocedor este insigne zaragozano de la devastación que Quinto había sufrido, quiso contribuir sin pérdida de momento a que en la Parroquia figurara una Imagen de la Virgen del Pilar, donada por él mismo. Fué recibida con todos los honores por los quintanos y entronizada y bendecida con la asistencia del donante, en acto solemne al que asistió todo el pueblo. Quede constancia en estas líneas de nuestro más íntimo reconocimiento para D. Angel Lorenzo.
JUNTA RECAUDATORIA CIVIL
Otro donativo nos hizo en los primeros momentos de la liberación la Junta Recaudatoria Civil, consistente en 250 mantas, 50 pantalones dril, 15 pantalones de paño, 10 pantalones de niño, 70 pares de botas, 150 camisas, 100 pares de calcetines y 100 calzoncillos; todo lo cual fué repartido a los más necesitados, siquiera en aquellos momentos casi la totalidad de los habitantes se encontraban desposeídos de todo.
9. - PAGO DE CONTRIBUCIONES
Quedó esta Villa como frente de guerra desde la iniciación del Movimiento, parte del término en poder de los rojos, y el poblado, sus alrededores y toda la huerta en poder del Ejército Nacional. Por tal motivo, no pudo recogerse en el monte la cosecha de cereales de 1936; la huerta fué inundada en extensas zonas por interés militar, y ya no se pudo realizar la siembra después mas que en muy pequeña zona, la más apartada de las líneas de fuego. Al caer esta Villa en poder de los rojos fué todo saqueado, según expresamos anteriormente; y no contando a la liberación en Marzo de 1938 con medios para poner en cultivo las tierras, éstas no dieron producción mas que a tenor de que se iban cultivando muy lentamente, según íbamos adquiriendo caballerías, aperos de labranza, semillas, etc.
Ante estos hechos ciertos, iniciamos expedientes en solicitud de perdón de la contribución territorial de rústica y urbana, así como del pago de aportación forzosa a la Diputación Provincial. Extenso y laborioso fué el expediente tramitado; pero tanto la Delegación de Hacienda como la Diputación Provincial sólo concedieron el aplazamiento del pago en atención a la situación de este Municipio, y tanto el Ayuntamiento como los particulares, han tenido que pagar totalmente las contribuciones como si las propiedades hubieran estado en plena producción, y como si nada hubiera pasado en esta Villa.
La mayor parte de las casas derruídas o con grandes desperfectos, los campos incultos y la pérdida de todos los muebles, aperos y semovientes, no fué suficiente para que aquellos Centros consideraran causa suficiente para dejar de satisfacer un tributo que, a nuestro entender, se basa única y exclusivamente en el producto o renta que esos bienes producen.
Muchos han tenido que satisfacer esas contribuciones con recargos del 25 % o más de apremios, por no poder materialmente hacerlos efectivos dentro de las fechas aplazadas que se señalaron; y otros hay que todavía no han podido ponerse al corriente en esos pagos, ante tanta pérdida, tanta dificultad y tal acumulación de débitos por causas de fuerza mayor por la guerra.
Entendemos que es este el extremo que con menos equidad se ha resuelto, no sabemos si por nuestra falta de demostración de motivos suficientes, o si por la incomprensión de los llamados a resolver.
Hoy el Ayuntamiento tiene ya saldados todos sus débitos, siquiera para ello haya tenido que gravar en mayor proporción a los vecinos que ya sufrían idénticas consecuencias por lo que respecta a sus bienes particulares.
10. - PRESTAMO DE 200.000 PESETAS
La total ruina en que las economías privadas de todos y cada uno de los vecinos de Quinto quedó como consecuencia de la guerra, según explicamos en otra parte de esta Memoria, hizo de necesidad urgente la obtención de créditos a los particulares, para que éstos pudieran adquirir ropas y muebles primero; y luego, caballerías, aperos de labranza, semillas, abonos y demás que les permitiera volver a poner en cultivo sus fincas. .
Se iniciaron gestiones por mediación de la Diputación Provincial, de la Sociedad de Labradores, del Banco de Crédito Local de España y del Servicio Nacional de Crédito Agrícola; y tras laboriosas y difíciles diligencias, se obtuvieron los créditos siguientes:
DEL INSTITUTO DE CREDITO AGRICOLA
En 9 de Octubre de 1939 concedió la cantidad de 200.000 pesetas en préstamo mancomunado y solidario para 121 vecinos, por plazo de cinco años ya interés del 4 % anual, cuyo préstamo se halla totalmente amortizado con sus intereses respectivos.
Aisladamente, y mediante préstamos personales con garantía de fiadores, se obtuvieron del mismo Centro préstamos por otras 135.000 pesetas; y todavía varios vecinos vienen haciendo uso actualmente de la interesante ayuda económica que el Servicio Nacional de Crédito Agrícola realiza.
DE LA CAJA DE AHORROS y MONTE DE PIEDAD DE ZARAGOZA
Aparte, y como complemento, se obtuvieron bastantes créditos particulares de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza;
aproximadamente unas 120.000 pesetas.
La gestión de todos estos créditos en el Servicio Nacional de Crédito Agrícola y la casi totalidad de los obtenidos en la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, fué realizada por Secretaría, con reuniones numerosas con los vecinos, preparación de relaciones de bienes de los solicitantes, instancias, contabilidad de distribución y marcha periódica de la amortizaeión, cuentas, etc.
Los beneficios que estos créditos proporcionaron a los vecinos de esta Villa son incalculables; pues además de que permitieron la puesta en marcha de las explotaciones agrícolas, el alza de los ganados adquiridos con estos créditos y de los productos agrícolas, permitió su amortización en breve plazo y sin graves sacrificios de los beneficiarios. Así lo reconocieron expresamente muchos de ellos al presentarse para hacer efectiva la amortización de su parte alícuota.
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