Quinto La guerra Civil en Quinto - Foto de Archivo

 Quinto: Ataque de las 
Brigadas Internacionales 
24-27 de Agosto 1937

The Abraham Lincoln Brigade, de Arthur H. Landis, New York, 1967 

Traducción de las páginas 261 a 274 
realizada por M.P.S. en el 2001

En este relato, los rebeldes son el Ejercito Nacional. El relato esta sacado de los relatos de los soldados pertenecientes a las Brigadas Internacionales y más concretamente a la Brigada Linlcoln. Ver los croquis de situación para entender el relato, la fábrica de Cemento corresponde a la actual fabrica de harinas, he situado imágenes de los lugares que se relatan para ayudar en la comprensión del relato.


Para los hombres de la XV Brigada Internacional del Ejercito Republicano, el 24 de Agosto de 1937 amaneció con un sol brillante y un cielo azul y despejado. El clima, aunque caluroso, no podía comparase con el calor asfixiante de Brunete. Soplaban ráfagas de aire caliente similares al siroco las cuales barrían la sequedad de la llanura dando la vuelta en el horizonte a una espesa calima. El polvo cubría todas las aldeas de Aragón con una patina que les proporcionaba un camuflaje natural. Un manto marrón y amarillento se posaba sobre los uniformes, el armamento, los camiones y los carros de transporte. Si no fuese porque algunos soldados hablaban en diferentes idiomas no se hubiesen apreciado diferencias externas entre un campesino español y un soldado yugoslavo o un graduado por Columbia de la Batallón de la brigada Abrahan Lincon.

La vista de las posiciones a atacar en la madrugada del 24 eran impresionantes. El horizonte era interminablemente plano, solamente algunas colinas erosionadas, estériles, sin vida alguna alteraban el paisaje. Las líneas enemigas, sometidas al fuego de la aviación y de la artillería, se encontraban a una distancia de unos tres kilómetros. A lo largo de la carretera que une Quinto con Azaila y Binaceite también había fortificaciones. Los rebeldes se habían retirado a una segunda línea, para salvaguardar sus vidas, cuando la brigada numero 11 de los Americanos paso por el Norte y por el Este para reunirse con sus unidades.

En llanura situada por encima de Quinto solo era visible la Iglesia y su torre y un poco antes de llegar a ella, a unos 500 metros, el Cementerio protegido por un muro que lo rodeaba. Alrededor del Cementerio había trincheras en ellas, en la Iglesia y en el pueblo estaban atrincherados los rebeldes controlando los caminos que vienen de Azaila y de Codo.

Al Este y al Sur del pueblo, a una distancia aproximada de un kilómetro, había otra colina fortificada. La cara que da al pueblo era escarpada con una pendiente en algunos casos superior a los 45 grados la cual hacia el Oeste se unía con la llanura. Por el Este esta colina dominaba la carretera de Azaila y todo el valle del Ebro. Toda ella estaba repleta de fortificaciones hechas de cemento y acero realizadas por ingenieros Alemanes que trabajaban conjuntamente con el ejercito rebelde. En la colina había, además de las trincheras, nidos de ametralladora y algunas piezas sueltas de artillería.

El nombre de esta colina es Purburel y estaba guardada por un batallón - unos ochocientos hombres- más los auxiliares de artillería y otros oficiales de complemento. Los Americanos observaron como la columna Dimitrov se aproximaba a la colina avanzando hacia el Sur.


Quinto 24 de Agosto Evolución de las tropas en el primer día de Batalla


La columna Dimitrov empezó el primer asalto a las 6:00 de la mañana. Desplegaron una línea de ataque pero enseguida recibían fuego pesado desde lo alto de la colina por lo que pensamos que era una maniobra de desgaste para que bajasen las reservas de munición de los rebeldes.

El batallón de la Brigada Abrahan Lincoln estaba dirigida por el Capitán Hams Amlie, su ayudante Leonard Lamb y varios comandantes; se situaron en la retaguardia para reemplazar al batallón eslavo posicionándose justo detrás de ellos. Hacia las 9:00 los Dimitrovs abandonaron sus posiciones, rodearon las defensas rebeldes, pivotando hacia el norte del pueblo rodeando al cementerio.

Cementerio visto desde la torre de la Iglesia La Lincoln siguió los pasos de la Dimitrov. Se situaron justo en el camino de Codo frente al cementerio a unos 500 metros de las trincheras que rodeaban al Cementerio y a la Iglesia. Como en otras ocasiones no se sabe si esta fue una maniobra preparada o si simplemente se evitaba el fuego o si estábamos en una maniobra de distracción del enemigo para llevarlo a un punto concreto desde donde era más fácil abordarlo. Las primeras escaramuzas las realizó la 1ª compañía bajo el mando de Felix Kusman, con la información que tenemos parece que la 2ª y la 3ª compañías no participaron. Las escaramuzas eran de corta duración, no hubo bombardeo del cementerio, ni tanques ni aviación. El fuego de ametralladoras era muy intenso, abrían fuego desde detrás de los muros del cementerio, hubo algunas bajas y algunos heridos entre ellos Alec Miller el comandante de la 1ª Compañía canadiense que recibió un impacto en la cabeza, el casco le salvo milagrosamente la vida, consiguió llegar a la línea de primeros auxilios recorriendo más de un kilómetro y sobrevivió para volver a Canada. 


Charles Nusser, tomo el mando, iba en camiseta blanca sin mangas, parecía cualquier cosa menos un militar. Nusser era un veterano que había participado anteriormente en Brúnete y en el Jarama y era ya un experto en esta guerra; estaba convencido de que no había nada que ganar presionando en este punto del frente. Tomo una decisión inmediata de retirarse en oblicuo según sus palabras " para conseguir llegar al infierno pero fuera de allí".

Las compañías recorrieron un semicírculo desplazándose hacia el sur-oeste, esto situó a la Lincoln a la derecha de la entrada del cementerio, frente a una zona muy fortificada pero protegidos por pequeños relieves del terreno. La distancia al cementerio era de unos 600 metros, recibían fuego de las fortificaciones y también desde el Purburell aunque este era muy poco efectivo debido a la distancia que hay desde este punto al Purburell.

Tanto las posiciones rebeldes como el pueblo empezaban a perder efectividad, en ambos bandos esta batalla era el bautismo de fuego para muchos de sus soldados. Se decidió seleccionar entre nueve y 12 pistolas de la brigada 75 y de la 105 para una acción de comando. Erala primera vez que los Americanos tenían que entrar en batalla a dar este soporte. Apareció en escena un avión republicano y 8 tanques rusos ligeros (16 toneladas). El desarrollo del ataque estaba bien planeado y coordinado. Los Americanos estaban involucrados en el ataque y además lo estaban dirigiendo por primera vez.

Los batallones Británicos, que se encontraban en reserva, se dirigieron hacia el sur rodeando el cementerio en un círculo exterior. Los Dimitrovs fueron hacia el norte equilibrando el ataque en esa dirección. Las únicas fortificaciones importantes en el Cementerio estaban ahora enfrente de las tres compañías de rifles de la Brigada Abrahan Lincoln. 


A las 15:00 se produjo el primer asalto en formación básica, 8 tanques avanzaron y detrás de ellos las escuadras de la Lincoln se movieron al asalto. En sus espaldas la Compañía de Maquinas de Guerra dispara por encima del frente formado por los tanques para desgastar a los rebeldes. 

Sin embargo la verdad es que se producían hechos que no estaban en los manuales: la infantería recibía fuego de mortero proveniente del Purburell y desde el Norte de Quinto provocando bajas mortales, el asalto continuo sin tropiezos. La artillería republicana castigaba las líneas rebeldes mientras los 47mm de los tanques volaban los nidos de ametralladoras de las trincheras y la artillería ligera y pesada de la Lincoln terminaban con los que quedaban en las trincheras.

Cuando los tanques rompieron el alambre de espino que protegía las trincheras los hombres de la Lincoln lanzaron granadas en las trincheras mientras que los rebeldes se replegaban huyendo hacia el pueblo. 
Se cuentan muchas historias sobre este primer asalto incluyendo una que decía que los americanos se habían rapado la cabeza dejando solo una mata de pelo en el centro y que avanzaron con las bayonetas armadas en sus rifles profiriendo los gritos de guerra que lanzaban los indios sioux. Dan Groden de la 3ª compañía relato que mientras esperaban para avanzar recibieron una lluvia de perdigones similar a una granizada. Algunos de los que participaron en este asalto habían trabajado en la retaguardia en Albacete y estaban impacientes por entrar en combate, el Mayor Merriman les dijo "OK el batallón esta allí tendréis toda la acción que queráis" con apenas cinco minutos de instrucción les dieron un rifle y los mandaron a la cabeza de la formación. Este fue el caso de Groden o de Ben Gadner de Philadelphia.

Wilbur Wellman, miembro de la escuadra de artillería ligera de la 3ª compañía cuenta sobre este ataque lo siguiente:

"Max Bowers y mi unidad se movieron hacia fuera siguiendo a los tanques, cuando estuvimos en la cabeza de la formación nos parapetamos en el suelo y comenzamos a disparar con nuestro arma para cubrir a los que seguían avanzando. Un hombre vino hacia nosotros y disparo con un arma de tres pulgadas. Tenía barba de varios días, un trozo de metralla alcanzo mi cuello, era la primera vez que recibía el fuego enemigo en mi cuerpo y la primera vez que me enfrentaba frente a frente a otro hombre. Me quede parado un minuto luego salte a las trincheras imitando a mis compañeros. Vi un relámpago de fuego con el rabillo del ojo, instintivamente dispare, cuando me acerque vi varios muertos de mi arma o de cualquier otra. Continuamos limpiando las trincheras."

Al cabo de una hora las trincheras y el cementerio habían sido limpiadas de enemigos y los Americanos empezaron las primeras escaramuzas en las calles del pueblo en la parte alta del Luco. Las bajas de los rebeldes habían sido numerosas. Las trincheras estaban repletas de muertos y heridos. Otros se habían refugiado en el pueblo, en la iglesia, en la estación de tren o en la fabrica de cemento. La brigada Lincoln por el contrario apenas tuvo una veintena de heridos y diez bajas, todo un ejemplo de lo que puede conseguirse con tropas motivadas y medianamente armadas.

Merriman, Nelson y Bradley, todos ellos pertenecientes al mando de la Brigada habían seguido el desarrollo de la batalla desde un promontorio fortificado en la retaguardia. Se oyó comentar a Merriman que el campo de batalla era tan plano y el día tan claro que se podía seguir a cada soldado desde que comenzó el despliegue hasta que tomaron las trincheras. 

Las escuadrillas que habían entrado en las primeras calles recibieron la orden de retirarse ya que recibían fuego de los francotiradores. Habían capturado un camión de agua y a su alrededor el fuego era muy intenso. Todas las compañías se retiraron al Cementerio y sus alrededores.

En la mañana del día siguiente los americanos de la Lincoln volvieron a combatir en las calles incluido sus mandos que se habían reunido con las unidades de asalto. Previamente los Rebeldes habían bombardeado nuestras posiciones desde el aire en lo que fue la primera contra reacción importante. Nelson relato:

"Por la mañana los aviones Rebeldes bombardearon nuestras posiciones, castigándonos intentando detener nuestro avance. Hacia las tres de la tarde una escuadrilla formada por 30 Heinkels vino desde el sur siguiendo la línea del rio se dirigían al mando de las brigadas situado en una colina en las cercanías de Azaila cerca de donde habíamos observado el desarrollo de la batalla en el día anterior. Había una batería anti-aerea en esas posiciones, podíamos ver la batería y los aviones acercándose como una nube negra. Las primeras salvas explotaban delante de los aviones ... sin embargo pronto los artilleros corrieron y abandonaron sus puestos. No sabemos si fueron sorprendidos o si abandonaron cobardemente sus puestos."

Una de las piezas antitanques se movió justo enfrente de la Iglesia en la que había un montón de francotiradores y de metralletas. En el pueblo la lucha era casa a casa y calle a calle, unos cubrían y otros revisaban casa por casa. Las ordenes eran proteger a los civiles a toda costa haciéndoles salir de todas las casas.

Robert Merriman dirigió personalmente una de las secciones, los soldados estaban ansiosos y alegres hasta el punto que unos hombres de la 2ª compañía de los Dimitrov se enfrentaron con los Americanos confundiéndoles con rebeldes. 


Un hombre escribió: "En nuestro grupo estábamos cinco, cuando empezamos a avanzar se unió a nosotros el Comisario Nelson, pistola en mano con su habitual sonrisa. Verificábamos cuidadosamente cada una de las casas, llamábamos invitando a gritos para que los que estaban dentro saliesen; si no contestaba nadie rompíamos la puerta con una viga de madera y lanzábamos dos granadas al interior. Dos de los nuestros entraron en una casa sin tomar esta precaución y fueron atacados con bayonetas por rebeldes que luego huyeron....Los civiles respondían a nuestras llamadas, poco a poco fueron saliendo mujeres, niños y ancianos con el terror marcado en sus rostros. No hizo falta mucho tiempo para que se dieran cuenta que estaban entre amigos. Les dimos café, agua y comida y pronto se animaron a contarnos las miserias que les habían inflingido los rebeldes."

El Capitán Bradley decidió tomar una casa que servía de comandancia a los rebeldes. Los muros tenían más de 60 centímetros de ancho y en cada una de las ventanas había ametralladoras. Bradley pidió 10 voluntarios para asaltar esta casa y 10 soldados dieron un paso al frente. Estaban armados con botellas de nitroglicerina, estábamos a unos 50 metros del edificio. La artillería dirigió sus dispararos hacía la casa para que no pudiesen utilizar las ametralladoras sin embargo la casa aguantaba bien los impactos. Dos hombres resultaron heridos y tres de los nuestros los retiraron, quedábamos solo cinco pero fuimos suficientes, cada uno de nosotros eligió una ventana y tiramos las botellas de nitroglicerina que al estallar provocaba enormes llamas en el edificio repetimos esta acción varias veces. Seguidamente lanzamos un bidón de gasolina y esto termino el trabajo. El edificio permaneció en llamas toda la noche.

La batalla continuo, los Americanos se dieron cuenta que los Rebeldes les estaban rodeando ocupando las casas después de que pasaran ellos en las afueras del pueblo.

En medio de esta batalla ocurrieron circunstancias curiosas y en algunos casos casi chistosas. Habían capturado la intendencia de los Rebeldes dónde había uniformes limpios para estrenar y empezaron a repartirlos entre nuestros soldados. El comisario Aldo dio la orden de quemarlos, pero ya era demasiado tarde, muchos preferían correr el riesgo de ser blanco de sus camaradas antes de volver a sus pertrechos y polvorientos uniformes. En otro punto del pueblo el Comandante Nusser con Herman Klein ("Gabby") y otros hombres entraron en una tienda, gritaron para que alguien les atendiese, no vino nadie. Llenaron sus bolsillos de lo que había en la estantería y dejaron el cambio que llevaban en la caja de la tienda. Arthur Mundy de Cordoba y Nick Pappas, el ayudante de compañía de artillería, se pararon en medio de la batalla para cambiarse de calcetines, seleccionando cuidadosamente los que iban a lucir para la ocasión.

Se aseguró la vigilancia del Camión Cisterna capturado el cual se llevo a la explanada dónde estaban situadas las cuatro cocinas de la 15ª brigada y paso a ser un elemento fundamental para las sopas y cafés de esos días.

En esa noche el lugarteniente Larry O'Toole junto con Melvin Anderson realizaron una atrevida incursión desde el pueblo hasta la carretera de Azaila llegando a cortar la tubería que suministraba el agua a las fortificaciones situadas en el Purburell lo cual pronto empezó a causar efectos entre los atrincherados en este monte.

Por otro lado los Dimitrov capturaron la estación de tren. Después ayudados por la 3ª compañía de rifles de la Lincoln tomaron la fabrica de cementos que estaba junto a la estación a golpe de bayoneta y de granadas. En ese momento solo quedaban por tomar la colina del Purburell y la Iglesia, habíamos recuperado una piezas de artillería intacta junto a una docena de metralletas pesadas.

La Iglesia dominaba todo el pueblo, tenía ventanas muy estrechas, altas y muros de más de un metro de espesor. Era una antigua fortaleza de la época de los árabes, en ella se atrincheraban más de 200 personas entre los defensores y los civiles. En los pueblos españoles la Iglesia siempre tiene unas dimensiones enormes, es el edificio más importante, domina todos los alrededores. Estas Iglesias servían de refugio a los rebeldes, ellos fueron los primeros que las "violaron" Carlista, Falangistas y otros usaron estos edificios como cuarteles antes de que nosotros las tomásemos.

Todos los sobrevivientes de la Brigada Lincoln han escrito o hablado de la Iglesia de Quinto.

Charles Nusser dijo: " La batalla por la Iglesia fue muy intensa. Recuerdo que Steve estaba allí con otros, Nos disparaban desde las ventanas y algunos intentaban salir. Conseguimos entrar en una especie de vestíbulo y empezaron a tirarnos granadas desde dentro; desde fuera una compañía de españoles de los nuestros empezó a disparar, nos encontramos entre dos fuegos cruzados, finalmente conseguimos que los nuestros parasen y conseguimos salir fuera de ese infierno.

Steve Nelson dice: "Una gran acción en la Iglesia. Tuvimos bajas y muchos heridos, había metralletas rebeldes en todas las caras de la Iglesia. Uno podía caminar alrededor de la Iglesia si lo hacía pegado a los muros pero perdí a dos compañeros y otro, un corredor resulto gravemente herido....el Capitán Thomas Wintringhan también fue herido. Los muros eran muy gruesos y las ventanas estaban a más de 15 metros del suelo. Algunos de los nuestros consiguieron poner escaleras, trepar por ellas y lanzar granadas al interior. En un momento por una de las ventanas de la parte posterior empezaron a salir rebeldes sin armas, palidos y curiosos se alinearon a lo largo del muro."

Hubo un incidente en el cual nuestras tropas mataron a un puñado de rebeldes francotiradores que habíamos capturado de forma que fueran vistos como terminábamos con ellos desde el Purburell y desde la Iglesia. El resto de prisioneros los llevamos hacía la carretera de Azaila. Nick Pappas que estaba de guardia de los prisioneros fue testigo de este hecho, según su versión el fusilamiento no fue premeditado fue la respuesta a un intercambio de insultos entre los francotiradores y sus guardianes que acabo con la vida de todos los prisioneros. Este hecho fue cuestionado por las Brigadas Americanas que no lo entendieron.

En el libro de la 15ª brigada cuenta la toma final de la iglesia de esta manera: La iglesia estaba en poder de los rebeldes. Los Dimitrovs que habían estado limpiando las calles de la izquierda de la Iglesia y los Lincoln que habían hecho lo mismo en la derecha tenían totalmente rodeada la Iglesia y cubrían con sus armas todas las ventanas y aberturas de la misma. Max Schwartzenburg de la MG Co. Que fue herido en después en Belchite, se apostó en un terraplén a unos 150 metros. 

La Iglesia vista desde el Purburel dominando perfectamente uno de los lados y la puerta de acceso Una de las caras de la Iglesia la que da al Purburell no la cubríamos bien ya que estaba expuesta al fuego cruzado proveniente del Purburell, en este lado hay una puerta no muy grande por la cual intentaban huir algunos rebeldes, muchos de ellos murieron al intentarlo. En la pelea Milo Damionovitch y Radunovic de los Dimitrovs intentaron hacerse camino rodeando la Iglesia pero los francotiradores los abatieron junto a otros cuatro hombres, solo dos volvieron ilesos. 

También murió Gede del mando de operaciones, el Capitán Wintringhan y el Comisario Andre Cobal fueron heridos gravemente

Finalmente los Dimitrov rompieron la puerta de la Iglesia con una viga y lanzaron granadas al interior las cuales fueron respondidas con otras granadas. Nos retiramos de la puerta y pusimos en la entrada fajos de heno y luego lanzamos granadas para que se prendiesen intentando sofocar a los rebeldes del interior.

A la vez algunos de la Lincoln se acercaron al muro por el otro lado dónde había una ventana pequeña. Pronto se empezaron a rendir, por ese boquete y en poco tiempo salieron de ese pequeño agujero más de 75 personas. Uno de ellos tenía la mano destrozada y sangraba profusamente, le aplicamos un torniquete y le vendamos como pudimos la herida.

Seguimos disparando y atacando, pronto los rebeldes se dieron cuenta que estaban totalmente atrapados y se rindieron con la excepción de algunos pocos oficiales Carlistas, Falangistas, Guardia Civiles y algún joven recluta algunos de los cuales estaban gravemente heridos. Los reclutas que se rendían estaban contentos y daban gritos de "Viva la Republica" y "Viva el frente popular".

Charles Nusser relata de esta forma el final de la toma de la Iglesia: En la tarde, todos los Fascistas de la Iglesia se habían rendido. Había en la Iglesia unas doscientas personas, entre ellos había civiles que al salir gritaban "Viva la Republica, Viva Rusia, Viva Rusia!" Nosotros intentamos explicarles que eramos Americanos que no había ningún ruso entre nosotros. Era evidente que los Fascistas habían hecho un buen trabajo de contra-propaganda. 

Por la tarde noche solo quedaba resistencia en el Purburell, el Dimitrov se retiro hacia el Norte y el pueblo quedo en manos de la Brigada Lincoln.

Los Británicos y el 24º batallón habían recibido ordenes de atacar la colina a la vez que los Linlcoln y Dimitrov celebraban su triunfo. En el primer asalto los Británicos no encontraron mucha resistencia, el 24º batallón se desplegó entre el río y la colina. El asalto comenzó a la mañana siguiente con el unico apoyo de sus propias ametralladoras ya que según sus informes las fortificaciones del Purburell se veian desde tres Kilómetros y eran ridículas. Un informe Británico confirma estos datos con la siguiente información:

"La mañana del segundo día, estabamos en las afueras de Quinto mientras los Americanos estaban en el pueblo. La Iglesia y algunas casas estaban en manos de los rebeldes. Cruzando un barranco y dominando la carretera y el pueblo hay una colina conica que se llama Purburell. Sabíamos que estaba tomada por los fascistas y bien fortificada pero no le dimos importancia ya que estábamos pendientes y preparados para entrar y ayudar en la toma del pueblo.

Quinto 26 de Agosto de 1936 Tercer día de Batalla


Por la tarde el mayor Merriman vino hasta nosotros cerca del cementerio y nos ordeno tomar la colina... Los informes decían que la defensa era débil. Hicimos un reconocimiento de la zona antes de movernos hacia allí. Las colinas estaban comunicadas por trincheras y galerías que atravesaban la carretera por debajo. Una de las colinas estaba en nuestras manos desde el día anterior. 

El Purburell era la más distante del pueblo, y era el punto hacia dónde se retiraban los Rebeldes según avanzábamos nosotros. Así que nosotros atacamos siguiendo las instrucciones, armados con granadas y rifles. Las tres compañías descendieron en el barranco, nos encontramos con fuego artillero así que tuvimos que avanzar utilizando las trincheras existentes, las compañías se desplegaron hasta llegar a las primeras rampas.

Recibiamos un fuego intenso, nuestros informadores estaban equivocados, la colina estaba fuertemente defendida y con todo tipo de armamento, no podíamos avanzar un metro sin recibir una lluvia intensa de proyectiles de todo tipo.
Peter Daly, el Irlandes que había tomado el mando fue una de las primeras bajas, recibió una bala en el estomago cuando daba ordenes a sus hombres. Paddy O´Daire tomo el relevo en el mando. Llego a la conclusión de que era un suicidio seguir avanzando sin el apoyo de la artillería así que permanecimos escondidos hasta que se hizo de noche y pudimos retirarnos aprovechando la oscuridad."

En ese mismo día la 3ª compañía del Batallón Lincoln se posiciono rodeando el Purburell entre el sur y el Este de la colina. Al mismo tiempo dos compañías del Batallón español apoyados por un tanque atacaban la colina por el Este. Sufrieron una lluvia de fuego y muchas bajas y al igual que hicieran los Británicos se replegaron en la noche. Sabíamos que no tenían agua así que se decidió esperar al día siguiente para continuar el ataque.

En la mañana del 26 las tres piezas antitanque de la XV Brigada se sumaron al bombardeo sobre la colina, que empezó a las 10:00; por si fuera poco, la aviación nacionalista creía que tanto Quinto como la colina se habían perdido, y soltó sus bombas sobre la colina. Pero hizo falta casi todo el día para ocupar la colina, atacando desde todos lados y con apoyo de los carros liegros. Hacia las 16:00 se rindieron los primeros defensores, pero Purburell no quedó ocupada por completo hasta las 18:30; se hicieron unos 500 prisioneros, quedando en las posiciones unos 300 muertos y heridos. Un grupo de oficiales se negó a rendirse, y fue aniquilado; un ruso blanco (Anatol Folk) prefirió suicidarse antes que entregarse al británico Larry O'Toole.